La voz (inconclusa)

-¿Quién sos?

Una voz melodiosa me golpeó desde ningún lugar, pero resonó dentro de mi mente. Omití hacerle caso.

-¿Quién sos?

Me asusté. Creí que la imaginé la primera vez, sin embargo se escuchaba real y a pesar de eso, la ignoré una vez.

-Soy yo, pensé con claridad, no sabiendo qué esperar.
– Ya sé que sos vos, pero quiero saber el nombre de quien me llama
– ¿Perdón? ¿Te llamé yo? ¡¿Dónde estás?! – pregunté confundido, en voz alta.
– No es necesario que hables, pero si preferís verme, puedo salir.

Estaba desconcertado, nunca sentí ese terror a lo desconocido como en aquel momento. Algo me hablaba repentinamente pero desde mi, pero sentía que no estaba solo en esa oscuridad.

-Dale, prefiero así, le dije. Me llamo Nicolás.

La oscuridad se hizo más densa y, de repente, un pequeño destello en una esquina de la habitación. La voz emana de ese punto ahora.

-Acá estoy. Mi nombre no es pronunciable, pero estoy aquí porque me llamaste.
-Pero no recuerdo haberte llamado…
-No todos deben pedir en voz alta lo que quieren. Vos especialmente y lo sabés, siempre tuviste «esa suerte». Yo soy tu suerte.
-No entiendo.

19 de febrero de 2017

Tal vez la termine.

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